Miedos relacionados al sexo. ¿Cuáles son los míos? Dra. María Josefina Ríos josefina@consejeriasexologica.com 12 de marzo de 2019 Los miedos en general son como fantasmas que, sin verlos, están allí, y nos afectan en lo que pensamos, decimos y hacemos. La mayoría los evita, con distintas estrategias pero, ellos están rondando y no nos permiten ser nosotros mismos. En particular, los miedos que tienen alguna connotación sexual, pueden haber nacido, de la mano de nuestras experiencias más tempranas, y crecido, con las situaciones que han podido reforzarlos o disminuirlos, en el transcurso de nuestras vidas. “El encuentro íntimo es una pieza fundamental de la vida de las personas. Según la Organización Mundial de la Salud es "un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de su vida. Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual. Se vivencia y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales". (1) “Al tener tal importancia, resulta normal que también se genere a su alrededor una serie de fantasmas, que pueden surgir a partir de las propias inseguridades, como de lo que "el otro" puede llegar a esperar. Los temores están allí, sobrevolando las sábanas, en silencios incómodos, en reflexiones con sabor a auto-boicot, en ideas que cuando se convierten en palabras se traban, en miradas que no terminan de ser cómplices. Están ahí, siempre. Pero, ¿qué es lo que incómoda a cada género? ¿Es el miedo a una performance pobre? ¿Decir las palabras equivocadas en el momento justo?” (1)
Identificar los miedos, que limitan las expresiones de los deseos, es fundamental para gozar de una salud sexual plena. La relevancia que tiene en nuestras vidas la sexualidad, la dota de una importancia notable. Abajo compartimos un listado de inseguridades de hombres y mujeres, que nos muestran temores parecidos, tal vez clasificados en un orden de importancia diferente, para hombres y mujeres pero, que giran alrededor de temas comunes a ambos.
(1) Como podemos apreciar en el cuadro de arriba, muchos pueden ser esos miedos, y afectan tanto a hombres como a mujeres, se refieren a tantos factores y, aunque hablemos muy poco de ellos, son vivenciados por la gran mayoría de la población. Expertos indican que la primera experiencia sexual, si implica frustración, desilusión o miedo, puede constituirse en una marca con la que cargamos para toda nuestra vida y ser fuente de problemas psicológicos, o peor aún de disfunciones sexuales. Otros aspectos a considerar en el mundo de hoy son, por ejemplo, la idea de ser perfectos en el desempeño sexual. Ésta es alimentada por los medios de comunicación, el precoz y excesivo contacto con la pornografía, la abundancia de información mal manejada, que puede crear ansiedades y pánico ante las relaciones sexuales. Sin que lo notemos nos influye también la publicidad de productos higiénicos, que puede generar fobias nuevas. La cirugía plástica con su sugerencia de vulva o penes perfectos, puede generar rechazo personal ante características absolutamente naturales de los órganos sexuales externos. (2) La verdad es que todos, mujeres y varones, desarrollamos miedos que pueden darse antes, durante y después de la intimidad sexual. (3) Sin embargo, resulta evidente que, si nos ocupáramos de establecer una buena comunicación con la pareja, muchos de nuestros temores no existirían, al sacar los temas de nuestras mentes fantasiosas y ponerlas en el plano de una conversación adulta y honesta. Aunque, debemos reconocer que muchas veces, es más fácil y más rápido, tener sexo que hablar y exponer los deseos, expectativas y temores al respecto. Si hemos tratado de lidiar con nuestros miedos y aún así sentimos que ellos nos limitan, la recomendación es siempre acudir a especialistas, los/as sexólogos/as son profesionales preparados para dar orientación y tratamiento a estos aspectos. Es importante reconocer el problema y no dejar pasar el tiempo, pues esto puede agravar el efecto en nuestra salud general y en la sexual, en particular. (4) Referencias:
|